Qué son los registros akáshicos y cómo se leen
Dos lectoras de registros akáshicos nos brindan su experiencia acerca de esta técnica transpersonal cada vez más utilizada.
Akasha es una palabra antigua y compleja. En sánscrito significa “éter”, “espacio” o “cielo”, pero distintas tradiciones espirituales le han sumado otras significaciones.
En el hinduismo hace referencia al fundamento y la esencia de todas las cosas en el mundo material, para el budismo es el “espacio infinito” y para la teosofía -corriente espiritual que la popularizó- se trata de un espacio inmaterial donde están grabadas las memorias de la humanidad (y los universos).
Para el místico y filósofo brasilero José Trigueirinho Netto, autor de diversos libros de esoterismo, “para contactar con el akasha es necesario desprenderse de las conjeturas intelectuales. El contenido de sus archivos es imperceptible para la mente concreta, pues están formados por la consciencia inmaterial de las partículas en los diversos planos de existencia”.
En la búsqueda de respuestas, muchas personas suman una mirada distinta a la terapia psicológica por medio de consultas a astrólogos, tarotistas y lectores de registros akáshicos. Tanto es así que los cursos, iniciaciones y consultas se multiplican en la oferta online durante la cuarentena.
¿Qué son los registros akáshicos?
Decimos que fue la teosofía quien popularizó el término akasha. La ocultista británica Annie Besant lo cita en sus libros. Edgar Cayce, el famoso clarividente estadounidense, también lo utiliza, y los registros empiezan a cobrar una popularidad que será cada vez más evidente en el siglo XX y los años 2000.
Pero la marca registrada estuvo a cargo de la texana Mary Parker, quien formalizó el sistema conocido como ARCI (Akashic Record Consultant International) y brindó los pasos que en la actualidad utilizan muchos lectores y lectoras.
Stella Fernández (@registros_akasha_) tiene 32 años, es lectora de registros akáshicos, consteladora y coach ontológico. Antes de esto, se dedicaba a la publicidad y al teatro. Desde que arrancó la cuarentena inició en los tres niveles de esta “terapia” a más de trescientas personas (incluyendo hispanohablantes de otros países).
“Muchos dicen que es un libro de la vida o una biblioteca universal, pero hablando más científicamente, es un espacio cuántico. Somos energía y esta energía está siempre latente en nosotros, existe aunque no podamos percibirla, y todas las personas que existen en el planeta tienen su campo akáshico (algunos lo pueden percibir y otros no)”.
Según Fernández, quien realiza vivos y capacitaciones por Instagram sobre el tema, “el campo akáshico es donde se guarda toda la información de todas las reencarnaciones y vidas de los seres, allí no existe el tiempo tan lineal como nosotros lo vivenciamos como humanos, es un tiempo circular, por eso cuando vos entrás a este campo podés ver vidas pasadas de las personas, qué está pasando en el presente, y potencialidades futuras. Si bien yo no hago mucha ‘futurología’, sí trato de usar los registros para que la persona tenga claridad sobre lo que le está sucediendo y para que pueda tomar acciones en su vida”.
¿Cómo se accede a los registros akáshicos?
Según el método de Mary Parker, se utiliza una oración antes de abrir los registros y otra para cerrarlos, pero hay otras formas.
Carla Battaglini (@terapiasparaelalma12) vive en el Tigre, es madre de tres niños, lectora e iniciadora de registros akáshicos, facilitadora de calendario maya y de reiki usui. “Lo espiritual es experiencia. Se dice que los registros son el libro de la vida. Cada ser en conexión con esa información va hacia su propia evolución, sanación, despertar. Se trata de estar conectados con la fuente, allí donde nos unimos todos”.
Dice Stella Fernández: “Para los registros solo se necesita el nombre completo de la persona. En mis sesiones lo que pido es que la persona venga con dos temas o un tema. Las personas en general llevan una lista infinita de preguntas, pero a mi me gusta profundizar.”
“¿Voy a quedar embarazada? ¿Qué sucede en la relación con mi hermano? ¿Cuáles fueron mis vidas pasadas? ¿Estoy en el camino correcto?” Casi todo puede preguntarse en una sesión.
Explica Batagglini: “Para mi todos estamos en conexión con nuestros registros todo el tiempo, pero esto es una forma de correr la mente ego que tiene que desprogramarse para no interferir en la información, para que esta sea genuina. En mi caso yo escribo, siempre uso la escritura para comenzar las sesiones, luego directamente sigo dialogando. Siento que me bajan todo al mismo tiempo: palabras, imágenes y sensaciones. Vibro lo que se está moviendo en ese momento presente”.
“Una vez abierto los canales, -continúa Fernández- se le avisa a la persona que sus registros están abiertos, y puede hacer preguntas. Yo siempre pido que sean temas importantes a sanar y no cosas por simple curiosidad. Luego de terminada la sesión hay que realizar una oración de cierre.”
Guías, ancestros, maestros, ángeles
“Cuando abrimos registros, si bien nos conectamos con ese campo, es como si alguien te hablara en tu mente, y canalizamos ese mensaje por medio de unos seres que no están en estos planos a quienes nosotros les llamamos ‘guías, maestros, ancestros, ángeles”, dice Stella. Para la teoría de los registros, cada persona tiene sus propios guías, que colaboran en brindar esta información.
¿Qué sucede en el después? Las dos coinciden en que se trata de un proceso de sanación profunda en donde “el alma se acomoda en la dirección correcta” y suceden cambios tanto afuera en la vida, como en el interior de la persona.
“Algo que sucede en los registros y que es muy sanador es que cuando vos abrís el campo, fluye energía por el campo fisico de esta persona, entonces hace que se desbloqueen emociones, por eso algunas personas ni bien les abrís los registros se ponen a llorar, porque desbloquean cosas que están ahí muchos años guardadas”, comenta Stella.
Tres iniciaciones
La iniciación en los registros akáshicos -dicen las terapeutas- “abre canales” en el chacra corazón, corona, el séptimo y octavo, que son la conexión con el más allá.
“Los registros se pueden abrir todos los días para bajar información y es increible cómo conectas con la creatividad y vas sanando y despojándote de muchas estructuras”, explica Estela.
En el primer nivel, la iniciación es para abrir los propios registros personales. Una vez finalizado, el segundo nivel permite abrir registros a otras personas. En el nivel tres se pueden abrir los registros de animales, casas, proyectos y grupos; y en el cuarto nivel (maestría) se puede iniciar a otras personas.
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