Una promesa es una manifestación y la expresión de una persona de dar algo a alguien o de hacer algo por esa otra persona o grupo de personas.
También puede ser el ofrecimiento hecho a Dios o a sus santos, de ejecutar alguna obra piadosa, o el ofrecimiento de cumplir bien los deberes de un cargo o función que va a ejercerse.
La promesa es un acto consciente de voluntad y compromete la energía de la persona que la hace. Quien hace una promesa queda atrapado en ella para siempre, porque el tiempo no existe, y este es el gran problema de las promesas.
El problema no es la promesa en sí misma, ya que tal vez eso era lo adecuado en el momento en el que fue hecha.
Sino que el problema es que cuando hicimos una promesa no sabíamos realmente todas las implicancias de ese acto.
Desconocemos que la promesa iba a durar más allá del tiempo de la vida en la cual se hizo. Y si hicimos una promesa de amor para toda la eternidad, tampoco sabíamos lo que eso realmente significaba.
Las promesas tienen consecuencias serias en nuestra vida presente, porque pueden interferir con nuestras decisiones y aspiraciones actuales.
Las promesas de amor son las que surgen con mayor frecuencia y pueden interponerse o crear conflictos afectivos en la vida actual.
Hay personas que llevan hecha más de una promesa de amor. Las promesas de amor efectuadas en la adolescencia son las más poderosas, porque se hacen con total pasión.
La promesa tiene un gran peso en nuestras vidas, cuando realizamos una promesa gran parte de nuestra energía se queda allí, en ese tiempo, lugar o personas. Por esta razón, siempre sugiero que no se hagan promesas de ningún tipo, ya que estas quedan para siempre plasmadas y suelen salir a la luz en la terapia de regresión a vidas pasadas donde la persona está tratando de resolver algún problema de la vida actual. Es allí donde el alma recuerda que hizo una promesa a otras persona, a sí misma o a un grupo de personas.
Muchas veces también cuando despedimos a un familiar solemos decirle “te prometo que haré tal cosa, o te prometo que cuidare a tal persona”, esto solo es comprometer tu energía por la eternidad a menos que en algún momento puedas romper esas promesas.
Todas las promesas pueden romperse y pueden recuperarse esas energías.
Algunos ejemplos de promesas:
- Prometo amarte para toda la vida
- Nunca estar con otra persona que no seas tu
- Me entrego a Dios y renuncio a todo lo del mundo
- Renuncio a los bienes materiales
- Me entrego a la pobreza de cristo, seré pobre entre los pobres
- Prometo amarte hasta que la muerte nos separe
- Me prometo a mi mismo que nunca mas amare a nadie
- Te prometo que haré todo lo que me digas
- Te prometo que cuidare de ti hasta el final de tus días